Conoce los riesgos del surf
Surgido en la Polinesia hace más de 500 años como un juego más que como un deporte competitivo, el surf ha ido ganando en importancia en las últimas décadas, y hoy por hoy son muchos los aficionados a este deporte en todo el mundo. Encontramos playas espectaculares para hacer surf casi en cada punto del planeta, y los verdaderos apasionados de este deporte recorren todo el mundo buscando las mejores olas. Se trata de un deporte intenso, que requiere de mucha preparación y de una gran habilidad. Si lo has probado ya sabrás de lo que estamos hablando, porque no es nada fácil cogerle el truco a eso de navegar sobre las olas sin caerse y conseguir mantenernos de pie ante la fuerza de la propia marea. Sin embargo, hay auténticos maestros y maestras del surf que logran cosas que parecen imposibles.
Los torneos internacionales de esta disciplina son cada vez más populares, y suelen estar monopolizados por chicos y chicas insultantemente jóvenes, en muchas ocasiones incluso menores de edad, que consiguen gracias a su espectacular forma física y a su talento ganar estas competiciones. Si la vida profesional de los deportistas en general suele ser bastante corta, la de los surfistas lo es aún más, porque cuando se acercan a los treinta años ya se les considera algo mayores para competir. Es por eso que aprovechan al máximo la edad más joven para llevarse prácticamente todo el día en el agua. Es un deporte excitante y muy vistosos, pero también tiene sus peligros, que como veremos a continuación no son pocos.
Golpes y cortes, uno de los males más peligrosos
Para aprender a surfear hay que caerse y levantarse un millón de veces. Eso es así, tan claro como el agua. Encontrar el equilibrio sobre la tabla, saber dirigirla hacia la ola y mantenernos allí arriba cuando está en su punto álgido no son habilidades sencillas precisamente. Es por eso que la práctica es indispensable, y al principio, como es natural, no aguantaremos mucho sobre la tabla. Por eso es habitual que al principio nos caigamos demasiado, y suframos muchos golpes con la tabla, por ejemplo. Hay que tener mucho cuidado sobre todo en esta fase en la que estamos iniciándonos, porque no somos ni mucho menos expertos, y estamos más vulnerables ante el poder del mar. Evitar los sitios rocosos suele ser también una buena forma de librarnos de golpes y cortes peligrosos.
La hipotermia ¡cuidado con el frío!
Para los surfistas el mal tiempo no existe, o como mucho es cuando no hay olas. Por eso son capaces de meterse en el agua con la tabla en cualquier momento del año, incluso en invierno, para surfear cuando la marea está subiendo y hay buenas olas. Es imprescindible llevar entonces el traje de neopreno para evitar que el frío nos incomode, pero es cierto que hay ocasiones en las que las temperaturas son tan bajas que ni siquiera este tipo de trajes especiales podrán calentarnos. Por eso, si el día está congelado, evitaremos surfear o lo haremos solo por un pequeño rato, manteniéndonos siempre en movimiento para que el frío no haga de las suyas en nosotros. La hipotermia en el mar puede ser fatal, y no son pocos los surfistas que han fallecido debido a este golpe de frío, siendo llevados luego por la corriente.
Otitis e Hiperostosis
Seguramente que si llevas tiempo haciendo surf o simplemente disfrutando de deportes acuáticos sabes que una de las molestias más habituales tiene que ver con la entrada de agua en los oídos. Es algo verdaderamente molesto, porque suele provocarnos tapones, e incluso enfermedades más graves, como la otitis. Se trata de una infección que se produce en nuestro oído interno cuando le entra agua constantemente, y puede ser solucionada fácilmente colocándonos tapones para los oídos cuando vayamos a entrar al agua, para evitar precisamente que el agua se cuele en ellos. De no hacerlo, la otitis puede derivar en Hiperostosis, una enfermedad bastante más grave que conlleva la calcificación de parte del oído interno, provocando un gran dolor en la persona que la sufre. Además, la hiperostosis solo se puede curar mediante cirugía.
Lesiones cervicales y lumbares
La postura que debemos mantener para subirnos a la tabla y mantenernos de pie en ella con las olas no es precisamente la más adecuada, porque buscando el equilibrio, nos doblaremos hasta conseguir que nuestro cuerpo esté justo como debe estar. Esto hace que tanto por la postura como por los posibles golpes que suframos, las lesiones cervicales sean bastante habituales en este deporte, y los problemas de espalda y lumbago sean una constante en aquellos profesionales que se han llevado media vida practicando surf. Para evitarlo, lo mejor es estar en forma, realizar ejercicios de calentamiento previos, para que nuestro cuerpo no sufra tanto a la hora de la verdad, y por supuesto tener cuidado con las caídas, tratando siempre de caer lo mejor posible para que el golpe no sea tan fuerte.
La importancia de estar bien equipados
Llevar un buen equipamiento es imprescindible para evitar que este tipo de golpes y caídas peligrosas lleguen más lejos y supongan una verdadera amenaza para nuestra integridad. Al menos debemos ponernos el traje de neopreno, para ir más cómodos y evitar el frío. Hay trajes especialmente acolchados que nos harán evitar los golpes más duros, algo que también es muy recomendable. No es habitual el uso de coderas o rodilleras, así como tampoco de cascos, porque se sobreentiende que el surfista sabrá lanzarse al agua sin peligro antes de caer. En el caso de que recibamos un fuerte golpe inesperado por una ola y perdamos el control, intentaremos cubrirnos la cabeza con las manos, y colocarnos en posición fetal, para protegernos lo mejor posible.