Grinders: porno y skate en un filme para adultos
A finales de los años 90 y principios de los 2000, la estética pop punk y el skate vivieron su momento de gloria en todo el mundo. En parte, gracias a la popularización del estilo musical que unía temas rápidos y ruidosos con melodías ultrapegadizas, todo ello reflejado en chicos patinando con sus gorras y camisetas anchas. Películas como American Pie hicieron el resto para llevar a un nuevo nivel este género, que también se aprovechó del éxito de videojuegos como Tony Hawk´s Pro Skate, un clásico de la generación millenial. De hecho, a día de hoy se vive una especie de resurgimiento de ese género, con bandas como Blink 182 o Sum 41 triunfando en sus giras mundiales. La nostalgia por los años 90 comienza a tirar fuerte también en la cultura, y prueba de ellos son las películas que estamos empezando a ver sobre aquella era olvidada.
Todos parecían querer quedarse en los añorados años 80, pero es cierto que los 90 también tuvieron muchas cosas geniales. Los que crecimos en aquella década tenemos un recuerdo mucho más limpio y realista, a caballo entre la generación analógica y la digital. Quien más, quien menos, quiso coger su tabla de skate en aquellos tiempos y aprender a grindear por las barandas de su barrio. En muchos casos, estos sueños terminaban con golpes y lesiones que retiraban al futuro skater de su propósito. La estética, sin embargo, se mantuvo durante un tiempo, siendo algo cool y transmitiéndose como tal, al menos hasta la llegada de los cínicos años 2000. Las comedias adolescentes norteamericanas convirtieron entonces al personaje del skater en un estereotipo del chico salido, inmaduro y despreocupado. Sin embargo, todavía hay películas que han sabido mantener esa esencia en el nuevo siglo. Hablamos, por ejemplo, de la ejemplar Mid90s, escrita y dirigida por Jonah Hill, que causó sensación hace unos años por su visión tan auténtica y realista del mundo del skate. Lo más curioso es que la última gran sorpresa a este respecto es una película de dos horas y medias a cargo de la productora pornográfica Adult Time, que tiene sexo explícito, pero también buena música y mucho skate.